
Vivimos en una época en que el escuchar se ha vuelto un lujo en este mundo tan veloz. Tenemos tanta prisa de dar nuestra opinión, de corregir o decir lo que pensamos que no nos damos tiempo de escuchar, razonar y mucho menos a entender. ¿Porque nos apresuramos a responder, a dar una respuesta o demostrar lo que sabemos? Porque es más fácil imponer nuestras ideas, normas y percepciones, que guardar silencio y escuchar. Es más fácil decir lo que pensamos y buscar continuamente la oportunidad de compartir nuestras experiencias u opiniones. Nos da satisfacción y una sensación de valía personal. Por otro lado, escuchar, entender y aprender del otro requiere de más tiempo y esfuerzo. Requiere que eliminemos cualquier tipo de juicio, crítica o estereotipo y estar presentes totalmente. Por supuesto en una conversación es difícil solo escuchar sin sentir el deseo de querer dar una opinión o aconsejar. Es lo que la mayoría de los seres humanos hacemos, dar opiniones, consejos, soluciones y respuestas. Negándole el derecho al otro de solo compartir o expresar lo que trae dentro, quizás eso es lo único que busca o necesita. Que el escuchar no se vuelva una necesidad, sino una elección. ¿Cuál es el beneficio de escuchar? • Cuando escuchamos atentamente a otros, aprendemos de ellos, como piensan y sienten• Tenemos la oportunidad de estar presentes en la conversación y escuchar sin emitir juicios o críticas• Permitimos a la otra persona que se exprese libremente, generando confianza, acercamiento y entendimiento• Le damos la oportunidad al otro que llegue a sus propias conclusiones y encuentre sus propias respuestas
Guarda silencio. Silencia tu voz, tus pensamientos y enfócate en la otra persona. Tomate el tiempo de escuchar. Que tu silencio sea el mejor regalo que le ofreces a alguien más, no por necesidad sino por elección.
© Laura Evelia — Autora de los Libros: “Maravillosa𝓂𝑒𝓃𝓉𝑒 Rebelde”, “Y tú, ¿qué vas a hacer cuando vivas?”, “El éxito lo diseñas Tú” y Mi Mejor Enemiga”