Laura Evelia

NO PIERDAS EL OBJETIVO

Quizás una de las cosas más desafiantes cuando tenemos una meta por alcanzar, es el mantenernos enfocados. Vivimos en tiempos donde tantas cosas buscan nuestra atención y nos distraen fácilmente de nuestra misión o meta.

¿Cuantos de nosotros hemos caído en la trampa de querer hacerlo todo y al final no logramos nada? Comenzamos algo y nos distraemos. Nos comprometemos con diferentes proyectos y los dejamos a la mitad. Y al final, acabamos exhaustos y sin resultados, creando más frustración en nuestra vida y un sinfín de culpas.

s cierto que, a principios del año, la motivación para lograr nuestras metas está más alta que nunca. Nos proponemos diferentes cosas y estamos entusiasmados de lograrlas y a mitad de año nos desanimamos si no hay progreso alguno.

¿Cuál es una de las causas principales?

Nos distraemos fácilmente. Le damos nuestra atención a diferentes actividades o situaciones que surgen de improviso. Creemos que después podemos retomar el camino y recuperar el tiempo perdido. Sin embargo, sin darnos cuenta, pasan los meses y años y seguimos con los mismos objetivos sin cumplir.

Si quieres que este año sea diferente, es esencial tener muy claro lo que quieres lograr y porque lo quieres. En el momento que tengas una razón tan poderosa por la cual alcanzar tus objetivos, nada, ni nadie te distraerá de obtenerlos. Esa fuerza interna te moverá a tomar acción y mantenerte enfocado hasta el último momento.

¿Fácil? No, no lo es. Si así fuera, todos cumpliríamos en Diciembre lo que prometimos en Enero. Pero imposible tampoco. Todo es cuestión de tener claro nuestros objetivos y poner prioridades para alcanzarlos. La claridad te da poder. Cuando tus prioridades son claras, las distracciones no cambian tu rumbo.

Así que:

• Identifica aquellas cosas que te distraen
• Establece prioridades en tu vida
• Mantente enfocado en tu meta aun cuando todo se ponga desafiante
• Elimina todo aquello que no aporte un beneficio a tu objetivo final
• Gana la lucha interna entre lo que deseas momentáneamente y lo que quieres lograr a largo plazo.

Solo recuerda que tu meta no es el objetivo final, tu meta es solo el punto de partida hacia algo más grande. No te conformes con lo que eres HOY, cuando puedes ser alguien mejor y beneficiar a otros MAÑANA. ¡La decisión es tuya!

© Laura Evelia — Autora de los Libros: “Maravillosa𝓂𝑒𝓃𝓉𝑒 Rebelde”, “Y tú, ¿qué vas a hacer cuando vivas?”, “El éxito lo diseñas Tú” y Mi Mejor Enemiga”

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