El ser humano a través de los años ha estado en la incesante búsqueda de ser feliz por medio de cosas externas, actividades, retos o cosas que al parecer le darán felicidad y sólo dura instantes. Pero ¿qué sucede cuando aquello que creías que te daría felicidad tan sólo te da decepción y dolor? o ¿qué sucede cuando logras lo que deseas y no hay satisfacción alguna?
La felicidad eterna no existe. La felicidad es un estado mental en la que se busca una gratificación continua de placer o satisfacción y en el momento en que no la recibes o se termina, te causa dolor, decepción o miedo. Es un espejismo que crea una resistencia interna para vivir plenamente y en armonía con tu ser.
Por otro lado, la ALEGRIA es un estado de gozo continuo, sin el menor esfuerzo, a comparación de una creencia de felicidad forzada e ilusa. La alegría es permanente y se genera internamente. Son aquellos momentos diarios que se disfrazan en los desafíos de la vida. Al momento que comenzamos a disfrutar de aquellos MOMENTOS que nos hacen sonreír o nos dan paz, se creara una sensación de llenura. Atesóralos, vívelos, ámalos. Disfrutarlos por lo que son: un sinfín de momentos y experiencias que llegan a tu vida sin previo aviso.
Una vez que terminen, continúa viviendo hasta que aparezcan nuevas experiencias y la alegría vuelva a surgir, sin esperar que dure o se repita. No luches por conservarlos, detenerlos o repetirlos, o morirás en su memoria. Está en nuestro control el construir nuestra vida y transformarla a través de buscar, encontrar, reconocer y cultivar esos pequeños momentos de alegría únicos e inolvidables.
No es algo que se te dará, es algo que tienes que buscar día con día. Al final de tus días, es lo único que se quedara contigo. ¡Identifícalos!
© Laura Evelia — Autora de los Libros: “Maravillosa𝓂𝑒𝓃𝓉𝑒 Rebelde”, “Y tú, ¿qué vas a hacer cuando vivas?”, “El éxito lo diseñas Tú” y Mi Mejor Enemiga”