
¿Cuantas veces nos esforzamos por cambiar a otros? ¿Cambiar sus puntos de vista, sus comportamientos, sus ideas, sus gustos, su forma de hablar y pensar, su vida?
No nos damos cuenta que somos seres únicos y responsables solamente de nuestra propia vida, acciones y decisiones.
Se cuenta que uno de los hombres más sabios del mundo entendió la importancia de cambiar uno mismo para poder cambiar todo lo demás antes de morir, dejando por escrito en su lapida:
“Cuando era niño quería cambiar el mundo. Cuando era joven quería cambiar a mi país. Cuando era adulto quería cambiar a mi familia. Y ahora que soy un anciano y que estoy a punto de morir, he comprendido que si hubiera cambiado yo, habría cambiado todo lo demás”.
El mundo no cambiara por nuestra opinión, nuestro mundo cambiara con nuestro ejemplo.
© Laura Evelia — Autora de los Libros: “Maravillosa𝓂𝑒𝓃𝓉𝑒 Rebelde”, “Y tú, ¿qué vas a hacer cuando vivas?”, “El éxito lo diseñas Tú” y Mi Mejor Enemiga”